jueves, 5 de mayo de 2022

Makhurka Teatro retorna “Tejiendo la luz” hoy y mañana en centro cultural Ollantay

Makhurka Teatro vuelve con todo. Con la batuta de la directora Ivette Mercado pondrán en escena la obra “Tejiendo la luz” en el centro cultural Ollantay, el 5 y 6 de mayo desde las 19:30.

La tragicomedia, que es una adaptación de la poesía “La muerte del genio”, de Óscar Alfaro, incluye teatro, música, danza y acrobacia en telas.

¿Cuál es la expectativa para poner en escena esta obra?

Son dos: compartir nuestro trabajo y la historia de “Tejiendo la luz” con la mayor cantidad de gente posible. Y que las familias y los niños disfruten del teatro.

¿Qué le inspiró para llevar adelante “Tejiendo la luz”?

La compañía tuvo gratísimas experiencias al hacer teatro para niños, entonces deseábamos repetirlas. Por otro lado, también estábamos interesados en crear curiosidad en la literatura de Oscar Alfaro, célebre autor boliviano que tiene escritura infantil genial, como “La muerte del genio”, poema en el que se basó la dramaturgia de esta obra.

Asimismo, deseamos trabajar con elementos nuevos, con los que nunca habíamos trabajado antes, y por eso incorporamos la acrobacia en tela, convirtiendo a “Tejiendo la luz” en un espectáculo multiartístico, que aglutina teatro, danza, música y circo.

¿Sus representaciones están más dirigidas a los niños?

Sí, niños y público familiar a partir de los cinco años. Vemos que los niños pasan por varios estados de ánimo con nuestra obra, participan, ríen y se vuelven cómplices de los personajes.

Curiosamente, también hemos tenido público joven y adulto que fue a ver dos veces o más nuestra obra  (y sin niños). Entonces, nos gusta pensar que la obra ha despertado un cariño multigeneracional.

¿Cómo ha sido el retorno a los escenarios tras la pandemia?

Está siendo una experiencia grata. El teatro nos ayuda a entendernos, a expresarnos  y a encontrarnos nuevamente con nuestro entorno y con nosotros mismos. Siento que si bien  muchos creadores teatrales no han podido mostrar su trabajo en tiempos de cuarentena, estos dos años no han sido mal gastados, pues nos hemos sumergido en procesos como la escritura y el diseño de nuevos proyectos escénicos que seguramente empezarán a mostrarse a corto o mediano plazo.

También siento que, recién ahora, tanto el público como nosotros estamos despojándonos, de a poco, del miedo y la incertidumbre que ha creado la pandemia de la Covid-19. He visto con alegría que la actividad cultural se está reactivando.

¿Considera que el teatro fue uno de los más golpeados por la pandemia?

Sí. En general todo el sector artístico que depende de presentaciones públicas fue duramente golpeado. Sin público no hay paga. Durante la pandemia he sabido de colegas que enfermaron y se vieron totalmente desamparados de los sistemas de salud, teniendo que recurrir a la solidaridad de conocidos y amigos. También sé de casos que para sobrevivir debieron dedicarse a rubros totalmente ajenos como la venta de alimentos, cosméticos, insumos médicos, etc.

Ahora, con la guerra, de yapa, se abren nuevos retos. Todos sabemos que ya estamos atravesando una crisis económica global y macroestructural, entonces, el desafío será dignificar y mantener oficios como el teatro, que podrían ser reemplazados por actividades que la gente considera de más necesidad o prioridad, como comer y sobrevivir.

¿Cómo nace su afición por el teatro?

En el Instituto Laredo. Si bien estudié toda la currícula musical y estaba en danza, coro y otras actividades, el teatro fue mi área de especialidad.

Cuando era niña veía cómo los estudiantes del Laredo de cursos superiores preparaban obras y me quedaba a mirar con fascinación sus ensayos desde las pequeñas ventanas laterales que tenía el teatro. En ese tiempo también tuve dos excelentes maestros: Leonor Guevara y Bernardo Frank que supieron alimentar mi encanto por este arte de la vida.

¿Desde hace cuánto tiempo se dedica a esta actividad?

Desde 1996, empecé a mis 13 años.

¿Por qué se llama Makhurka?

La Makhurka es una especie de “dolor placentero” que nace del esfuerzo físico, es un dolor chistoso, que reconocemos y nos da la certeza de que uno no está enfermo, más bien que está haciendo trabajar a su cuerpo. El cuerpo, junto con la voz, son las herramientas primordiales del actor. Entonces, haciendo honor a nuestro nombre nosotros estamos trabajando en el desempeño del cuerpo y terminamos macurcados hasta del alma.

¿Cuál considera que es la mejor obra que han representado?

Pienso que cada obra es como un hijo, entonces no hay un mejor hijo ni una mejor obra. Cada una ha tenido o tiene incorporados distintos tipos de procesos y aprendizajes.

Podría decir, por ejemplo, que la obra “Para que te acuerdes” ha sido la que más número de veces se ha presentado, pero “Tejiendo la luz” es relativamente nueva y también va por ese camino.

La obra “La imagen ausente” para mí ha sido un regalo de la vida, pues hemos trabajado con actores-músicos con discapacidad visual (ellos además de convertirse en mis amigos, han sido mis maestros en muchos aspectos) y si bien todavía hicimos pocas presentaciones, producto de la pandemia, pienso que la retomaremos para concientizar aún más sobre esta temática.


APUNTE

La obra Un trío de arañas y una luciérnaga, las protagonistas

El espectáculo multiartístico “Tejiendo la luz” para niños y niñas de Makhurka teatro fue seleccionado para participar del Fitaz. Antes se presentará dos veces en Cochabamba, el 5 y 6 de mayo desde las 19:30, en el centro cultural Ollantay (Mega Qhatu, al lado del colegio Tiquipaya).

Sinopsis

Tres arañas hermanas, Maraña, Hazaña y Migraña, viven hambrientas en su telaraña, pero como están cansadas de padecer hambre y son expertas tejedoras deciden construir una nueva creación textil. Con ese nuevo tejido podrán atrapar más grandes y sabrosos insectos para devorar.

La vida de estas tres locas hermanas cambia la noche que una brillante luciérnaga cae atrapada en sus redes. Ellas nunca vieron algo así.

-¡¿Qué es?! - ¡¿Se come?! - ¿Hace daño?

-¡Es una estrella! -¡Las estrellas no se comen, las estrellas alumbran!- Pensaron.

Mientras deciden qué hacer con la luciérnaga, las hermanas entablan una interesante amistad con ella y tratan de enseñarle su oficio, pues ser araña no es fácil, requiere mucho entrenamiento en el arte de tejer y trepar.

Finalmente, toman una decisión radical de la que luego podrían arrepentirse.

“Tejiendo la luz” es una pieza multiartística única, que aglutina teatro, música, danza y acrobacia en telas.

Makhurka teatro emerge en 2004

Makhurka nació en abril de 2004 como un proyecto experimental de intercambio entre actores y directores escénicos de diferentes líneas técnicas y estéticas. Su objetivo general es mantener la práctica teatral como una actividad continua, colaborativa, experimental y seria. Makhurka estableció su sede en la ciudad de Cochabamba bajo el amparo del Instituto Cultural Boliviano Alemán y ayudó desde el 2004 al 2009 en el crecimiento y consolidación del Festival Nacional de Teatro Bertolt Brecht y del proyecto mARTadero.

Makhurka teatro participó en festivales nacionales e internacionales. Entre sus obras están Talpa (2004), La virgen de los sicarios (2005), Once Upon a time in west Asphyxia de Angélica Liddell (2006), Canción de cuna para un anarquista de Jorge Diaz (2007-2010), Hombres en escabeche de Ana Istarú (2010), Para que te acuerdes (2008-2014), Asilo San Patricio, de (2015), Tejiendo la luz (2019) y La imagen ausente (2019). Estas últimas escritas por Ivette Mercado.

La compañía fue reconocida con:

Premio Nacional Peter Travesí en 2005, 2009, 2019.

Ganó el concurso “Jóvenes construyendo puentes de unidad” del Banco Mundial, en 2005.

Premio Director Revelación en el festival nacional Peter Travesí (2005).

Ganó los Fondos Concursables para la Creación Teatral de la Oficialía Superior de Cultura de la H. A. M. C. con la obra Asilo San Patricio en 2014.

“Tejiendo la luz” ganó el Premio Plurinacional Eduardo Abaroa a mejor espectáculo escénico infantil en marzo de 2019, el Premio Nacional Peter Travesí, el mismo año. Representó a Cochabamba en el Fitcruz 2019, en el Festival

Internacional Enartes financiado por Iberescena, en 2020, y recientemente fue seleccionada para participar del Festival Internacional de Teatro de La Paz Fitaz.

“La imagen ausente”, pieza escénico-musical que cuenta con la participación de personas con discapacidad visual, ganó los Fondos Concursables de la Embajada Suiza en Bolivia la gestión 2019.

Con el fin de democratizar el acceso a las actividades artístico-culturales, el trabajo de Makhurka Teatro fue presentado a miles de personas en unidades educativas,  barrios alejados y provincias de Bolivia.


FUENTE: Edwin Fernando Rojas / Los Tiempos

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