El comienzo
“Soy comunicadora social de profesión, he hecho postgrado cultural en diferentes espacios. Desde muy pequeña tuve una inclinación al teatro, a la danza, al canto; soy egresada del estudio de arte escénico El Arlequín, de Mabel Rivera, quien fue directora del Taller Nacional de Teatro. Me gustaba escuchar bandas, en mis tiempos los boliches no eran tan estrictos con el tema de la edad, así que tuve la oportunidad de vivir los procesos de comienzos del 2000 con algunas bandas nacionales.
Logré trabajar en música por casualidades de la vida. Era muy amiga del vocalista de Deszaire, Omar Ríos, en épocas cuando yo estaba en el colegio. En las tardes íbamos a ver los ensayos en el Equinoccio, mi colegio estaba a dos cuadras, así que siempre pasábamos a verlos, ahí conocí a Ricardo Zelaya, quien ha sido fundamental para mí, en la manera de cómo manejar las bandas.
Cuando ya estaba en la universidad tenía una amiga que organizaba el Festival San Lucas de la Escuela de Arte de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), así que, de alguna manera, yo terminaba gestionando, organizando o acompañando espacios de música.”
El cine
“Cuando tenía unos 20 o 21 años me contrataron para trabajar en la producción del lanzamiento de la película ‘Inal Mama’, del cineasta Eduardo López Zavala, más conocido como ‘Chichizo’, un profesional formado en Filosofía e Historia en Bolivia y en Antropología Visual en México, quien, al margen de su trabajo como realizador, fue también director del Consejo Nacional de Cine (Conacine) durante cuatro periodos.
Entré como parte del equipo de lanzamiento, para la premier y postpresentación de la película, promoción y publicidad. Fui parte de la producción y además me hice cargo del concierto postpremier, porque la banda sonora la había hecho Atajo, ‘Panchi’ Maldonado.
Ese día era el lanzamiento de la película, pero igual del CD con la banda sonora, así que vi temas más audiovisuales; fue la primera vez que estaba haciendo eso, como parte de un trabajo. Aquello se llevó a cabo en los bajos de la Cinemateca Boliviana, con un concepto nuevo, en los garajes, salió súper bien. A partir de eso me llamó ‘Panchi’ para decirme que había gestionado de la mejor manera el concierto, las luces, y me propuso trabajar con Atajo.”
Atajo
“Si bien estaba envuelta en el mundo de la música, nunca había pensado en ser productora, eso se dio con el tiempo, muchos caminos me llevaron hasta ahí. Le agradezco a ‘Panchi’ el darme la oportunidad y formarme en una de las bandas que estaba sonando más a nivel nacional.
No tuve mucho tiempo para acomodarme, cuando entré con ellos tenían un concierto en un teatro al aire libre en la Argentina y un tour por toda Bolivia. No me dio tiempo de asentarme, cuando me di cuenta yo era la jefa de producción y mánager de Atajo, tuve la suerte de trabajar seis años con ellos.”
Ser mujer
“Para mí Atajo fue una escuela en todo sentido. Ha sido muy difícil ser mujer en un medio donde la música era tan conservadora y tradicional, como lo era hace 15 años. Me alegro que hoy se haya normalizado la participación de la mujer, pero antes en el rock no había eso.
El medio me quiso sacar por el hecho de ser mujer; tenía que lidiar con ingenieros de sonidos, quienes decían: ‘que venga alguien que sepa, un hombre, un técnico’, pese a que yo sabía del tema.
Otro ejemplo fue en los teatros, uno de mis primeros conciertos fue en los 15 años de Atajo en el Teatro Municipal. Habíamos trabajado con todo el equipo, escenografía, luces, sonido, etcétera. Días antes había una reunión de coordinación con los técnicos del teatro, fue bastante complicado porque no creían y no querían coordinar o lidiar con una chica, y menos con una chica joven y además la jefa, fue tan mala la experiencia que incluso parte del equipo técnico nuestro le mandaron una carta a ‘Panchi’ diciendo que tener una mujer en el equipo era muy mala idea, porque no entendíamos la dinámica, que mirábamos muy diferente, que este era un mundo de hombres.
Me acuerdo que eran dos días de show y como previa vinieron los Atajo a mi casa y ahí me contaron lo de la carta, ‘Panchi’ me la muestra y me dice lo que estaba pasando, yo tenía 21 años –era wawita todavía–, me puse a llorar, estaba desconsolada, no podía entender cuál era la diferencia entre un productor hombre y una productora mujer. Y ‘Panchi’ me dijo: ‘No llores, nosotros te hemos contratado como Atajo, tú eres la productora, eres la jefa, y si al equipo técnico no le gusta, los botas; tú tienes nuestro voto de confianza, nosotros lo sabemos, así que si necesitas retirar personal, lo haces. Es tu concierto, como se arme es responsabilidad tuya, está en tus manos’.”
Aprendizaje
“Agradezco en su momento que ‘Panchi’ me haya dado el voto de confianza, sobre todo en momentos en que el problema no era saber o no saber, sino el ser mujer dentro del mundo de la música, cuando estaba muy fuerte la dominación de los hombres en los escenarios, porque con suerte había mujeres coristas, contadas mujeres cantantes, mucho menos mujeres detrás de los escenarios como mánager, productoras, ingenieras de sonido o esos rubros.
Con el tiempo y con el trabajo eso ha ido cambiando, como con Kary Cecy Pérez, mánager de Los Bolitas. Muchas mujeres ahora están en ese camino, que con el paso del tiempo se ha vuelto más normal: mujeres involucradas en la música.
Otra cosa que recuerdo es que a Atajo le fue muy bien, y en su momento cumbre de haber cosechado años de trayectoria, en los programas de chismes, en diversos canales de televisión, decían: ‘A Atajo le ha ido muy bien porque hay una mujer detrás de ellos que se acuesta con los dueños de los boliches, dueños de los festivales’. Nunca dijeron que a Atajo le fue bien porque tenían 17 años de trabajo; existía un machismo implícito en los medios de comunicación. En fin, agradezco a ‘Panchi’ el no haberme dejado que me rindiera.”
FUENTE: Sergio Salazar en El País
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