Ricardo Darín y Peter Lanzani se juntaron por primera vez en una película para interpretar a la pareja de fiscales que cambió la historia de su país. En “Argentina, 1985″, encarnan a Julio Strassera y Luis Moreno Ocampo, los encargados de llevar a las rejas a los nombres fuertes de la última dictadura militar.Cuatro décadas después, la revisión de este hecho resuena con vigencia en una sociedad fragmentada. Esa carga simbólica, acompañada de una buena factura técnica y auspicioso paso por festivales, convierten a la nueva película de Santiago Mitre en la nueva apuesta latinoamericana rumbo a los Premios Oscar.
- Esta cinta propone el ejercicio de la memoria. ¿Por qué es importante que el cine se comprometa políticamente?
Ricardo Darín: El cine comprometido necesariamente tiene que definir dónde está parado, revisar la historia y ponerla sobre la mesa. Aunque, no sé si es imprescindible que el cine tenga que ser comprometido. Creo que tiene que haber todo tipo de cine. En este caso, tratando un tema como el que tratamos, tiene que estar apoyando en la seriedad, el enfoque y el respeto a los hechos.
Peter Lanzani: Más allá de política, es una película que habla de emociones, sobre humanidad. Creo que eso es lo más importante. Si bien es un hito histórico, uno se emociona cuando la ve y para mí el cine va más por ese lado.
- Han pasado 37 años de este juicio y la icónica frase “Nunca Más” del alegato del fiscal Strassera. Si bien se vive en democracia -como en la mayoría de países latinoamericanos- siguen apareciendo discursos violentos. ¿Ha fallado la democracia?
Ricardo Darín: El error no es de la democracia, el error lo cometemos nosotros, al pensar que instaurada la democracia ya está todo resuelto. No es así. El trabajo es día a día. El compromiso tiene que ver con el respeto a los derechos humanos. Cuando esos parámetros son alterados todo empieza a tambalear y entonces -como dice uno de los personajes- se abre una hendija, y ahí los otros aprovechan y dicen “¿ves que no se pueden manejar solos? necesitan una mano dura”.
- En ese sentido, por sentar postura, esta es una película que va hacer ruido
Ricardo Darín: Sí, pero más que ruido, ojalá sirva para las nuevas generaciones, a los jóvenes. Que sepan qué es lo que ocurrió y dimensionen toda esta historia. Que apoyados en saber lo que pasó tengan la claridad de protegerse frente a lo que puede volver a ocurrir.
- La película explora el aparato judicial, que suele tener una valoración mínimamente escéptica de la ciudadanía ¿Lo que narra esta película muestra que se puede hacer justicia pese a las adversidades?
Ricardo Darín: Sí, además, te muestra la cantidad de obstáculos que encuentran las personas que tienen esos roles. Creemos que porque un tipo tiene una toga o está detrás de un estrado tiene la claridad suficiente, pero son seres humanos. No quiero justificar a nadie, pero la cantidad de obstáculos que se encuentran para intentar ser ecuánimes y justos no es fácil. Nosotros tenemos el deber de exigirles. Pero, esta historia se inmiscuye en lo que es la humanidad de esos pasillos.
- La película ha tenido buena recepción por parte de la crítica y del público. Ya se habla que el Oscar asoma en el horizonte.
Peter Lanzani: Si hay algo que no sabemos es el futuro. Estamos muy contentos con el camino que estamos haciendo, muy orgullosos de la película que hicimos, de lo que sucede con la gente. Por lo menos a corto plazo es ver qué pasa en nuestro país, poder emocionarnos con nuestros amigos y colegas. Lo que pueda venir después es yapa.
- ¿Les parece que en Latinoamérica muchas veces buscamos legitimidad con una nominación al Oscar?
Ricardo Darín: Bueno, no podemos ser necios, la visibilidad que otorga aproximar el bochín a uno de esos reconocimientos es innegable. Pero, la legitimidad está dada por otros parámetros, no por el reconocimiento de los premios internacionales, sino tiene que ver más que nada con la gente.
- La distribución de la película tuvo algunas diferencias con las salas en Argentina (por el corto tiempo entre el estreno y su lanzamiento en la plataforma Prime Video). Ante las nuevas formas de consumo audiovisual, ¿creen que se empieza a perder la visión romántica del cine en pantalla grande?
Ricardo Darín: Estamos muy agradecidos que se hayan interesado en nuestra historia y nos hayan permitido hacerla. Ojalá pueda ser un punto de partida para que las plataformas reflexionen, que cuando nos permitan contar una historia que tiene que ver con nuestra sociedad, también otorguen la posibilidad de que la mayor cantidad de gente la vea en las pantallas para la cual fue pensada. Porque todos abrevamos de la misma teta, que es la cinematografía. La cual está pensada para una pantalla que tiene determinadas dimensiones. Los directores de fotografía, productores, actores, todos estamos enfocados en hacerlo en esa dirección.
Dos horas y veinte minutos, duración del filme, resumen cuatro años de trabajo del director Santiago Mitre (1980). El realizador evita preguntas relacionadas a los Premios Oscar. “No quiero hablar de eso porque se mufa”, se excusa sonriente.
- Hay muchas películas que abordaron audiencias, alegatos, podría decirse que el cine de juicios es un subgénero. ¿Tomaste alguna referencia puntual para este trabajo?
No hubo una referencia directa, pero sí hubo una idea de trabajar como una filiación con cierto clasicismo cinematográfico. Por esto entiendo, pureza de la línea, una narración simple, con personajes claros. Esta tradición nos servía para ordenar cómo se cuenta este juicio a las Juntas Militares. En la investigación aparecieron elementos que nos llevaban a reforzar esa tradición cinematográfica de películas de juicios: Strassera era como un héroe a su pesar, como que le cuesta asumir llevar a cabo este hecho. También tenemos su alianza con el abogado joven (Moreno Ocampo), luego la resistencia de su entorno a participar de este juicio por desconfianza o por miedo, que hace que convoque a jóvenes.
- La película llegará a través de Prime Video a toda la región, pero antes se estrenará en cines en diversos países. Abordando un hecho de la historia argentina, ¿por qué crees que esta película puede funcionar en Latinoamérica?
Porque habla cómo se lidia con la herida de una dictadura. Cómo se sale de una tragedia. Los países han procesado sus experiencias de dictadura de manera distintas, cada uno como pudo, como su sociedad decidió hacerlo. Eso invita a la reflexión. El caso argentino me produce orgullo, me parece ejemplar. Tampoco voy a criticar a los países que decidieron dejar atrás a sus dictaduras de otra manera. Me parece que invita a reflexionar a eso cómo se construye una democracia, cómo se piensa ese proceso de post dictadura.
FUENTE: El Comercio